Monitorización Materno Fetal

a monitorización fetal ante parto constituye la principal herramienta diagnóstica para evaluar el bienestar fetal

MONITORIZACIÓN MATERNO FETAL

Introducción

La monitorización fetal ante parto constituye la principal herramienta diagnóstica para evaluar el bienestar fetal. Se basa en el hecho de que el monitoreo de la frecuencia cardiaca fetal es el reflejo más acertado de la oxigenación del bebé en un determinado momento.
 
El estudio se realiza a partir de la semana 31 de gestación, ya que antes de esta época, la inmadurez propia del sistema nervioso fetal, podrá brindar datos no concluyentes. Sin embargo, en casos en los que el bienestar fetal esté en riesgo, se valorará la realización de la prueba sin estrés antes de la semana 31.
Son dos las técnicas realizadas en la actualidad:
 
1. Prueba sin estrés (sin estimulación)
 
 2.   Prueba de tolerancia a las contracciones uterinas (con estrés)
 
La monitorización nos ayuda a brindar información importante sobre el bienestar fetal y para ti como consecuencia tranquilidad. Si el resultado no es satisfactorio, esto no necesariamente sugiere que el bebé se encuentre en problemas, simplemente significa que  requieres cuidados especiales. Platica con nosotros cualquier duda que tengas sobre la monitorización materno-fetal durante las consultas prenatales.
Esta información ha sido diseñada como una ayuda e información para las pacientes, basados en los lineamientos actuales de la práctica obstétrica, no es un tratado del tema.
 
Son candidatas al estudio todas aquellas pacientes que presenten enfermedades concomitantes con la gestación, que pongan en peligro el bienestar de la madre y/o del feto, e incluyen:
 
• Falta o disminución de los movimientos fetales
• Aumento o disminución en la cantidad de líquido amniótico
• Embarazo prolongado (mayor de 40 semanas)
• Inmunización al factor Rh
• Embarazo gemelar
• Antecedentes de muerte fetal intrauterina
• Diabetes mellitus o diabetes gestacional
• Hipertensión arterial aguda (pre-eclampsia o eclampsia)
• Alteraciones hormonales (por ejemplo hiper o hipotiroidismo)
• Enfermedades cardiovasculares
• Enfermedades renales
• Enfermedades hepáticas
• Enfermedades hematológicas
• Como estudio complementario a partir de la semana 36 de gestación
• Etc.
 
Monitorización fetal: registra la frecuencia cardiaca fetal y las contracciones uterinas para valorar el estado intrauterino de salud del bebé en todo el trabajo de parto.
 
El ultrasonido también nos ayuda a valorar el estado de salud del bebé.
 
Prueba sin estimulación ( prueba sin estrés)
 
Evalúa la frecuencia cardiaca fetal y la respuesta de aceleraciones de esta a los movimientos fetales espontáneos. En condiciones normales, el corazón del feto late más aprisa cuando el bebé se esta moviendo.
 
La duración del estudio oscila entre 30 y 40 minutos y consiste en la colocación de dos transductores sobre el abdomen de la madre, fijados con dos cinturones elásticos. Uno de los transductores se coloca sobre el fondo del útero y detecta tanto las contracciones uterinas como los movimientos fetales. El segundo transductor se coloca sobre la región en donde se localiza la frecuencia cardiaca fetal y mediante ondas de ultrasonido detecta los valores de ésta.
 
Estos parámetros se grafican sobre un papel térmico que avanza a una velocidad de 1 cm. /min. A la madre se le proporciona un indicador electrónico para que señale el momento en el que percibe movimientos del bebé y de esta manera relacionarlo con los cambios en la frecuencia cardiaca fetal.
 
El resultado de la prueba se puede alterar por el uso de diversos medicamentos como: narcóticos, sedantes, estimulantes del sistema nervioso central, vasopresores, vasodilatadores, etc. por lo que será necesario brindar información detallada de las medicinas que esté utilizando. La fiebre, la presión arterial baja, la hipoglucemia y el ayuno también son factores que alteran el estudio.
 
El resultado normal se expresa como “trazo reactivo” y brinda un 98% de seguridad de que el bebé se encuentre en buenas condiciones a partir de la fecha del estudio y hasta una semana después. Por lo tanto, será necesario repetir éste cada semana o antes a juicio del médico. En caso en que se detecte un “trazo reactivo” pero con frecuencia cardiaca fetal fuera de los rangos normales (120 a 160 latidos por minuto) se requerirá repetir el estudio dos a tres días después, con el fin de tener una seguridad diagnóstica del bienestar fetal.
 
En caso de que el resultado sea anormal, “trazo no reactivo”, estará indicada la realización de la prueba de tolerancia a las contracciones uterinas, siempre y cuando no exista ninguna de las siguientes contraindicaciones.
 
• Cicatrices uterinas previas
• Inserción baja de la placenta
• Amenaza de parto prematuro
• Sufrimiento fetal agudo confirmado
• Sufrimiento fetal crónico grave
• Disminución del líquido amniótico
 

Prueba de tolerancia a las contracciones uterinas ( prueba con estrés)

La Prueba con estrés (prueba de tolerancia a la oxitocina)  tiene el objeto de analizar la frecuencia cardiaca fetal en respuesta a la contractilidad uterina espontánea o inducida con estímulo (oxitocina), con el fin de evaluar la capacidad que tiene el feto de tolerar disminuciones en la concentración de oxígeno del cordón umbilical en el momento de la contracción. En casos de alteración del funcionamiento placentario o disminución del líquido amniótico (las más frecuentes), la frecuencia cardiaca fetal disminuirá con las contracciones uterinas, y esto nos indicará que el bebé tiene baja reserva fetal y no aguantará el trabajo de parto.
 
La duración de esta prueba es mayor que la prueba sin estrés, debido a que en ocasiones la respuesta uterina a la oxitocina, no es inmediata. Además, una vez que se concluye el estudio y se suspende la infusión de oxitocina, no se da de alta a la paciente hasta no tener la seguridad de que la actividad uterina haya desaparecido.
 
 
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